Presentación


Espacio de reflexión creado por estudiantes de la ETSA Sevilla

lunes, 3 de noviembre de 2014

Principios Generales de la Arquitectura

El origen de la arquitectura

El primer pensamiento arquitectónico aparece en la época de la Prehistoria, sin embargo, no se corresponde con una construcción, más bien es un elemento de advertencia, una señal; nos referimos a la arquitectura Dolménica o Megalítica.

Estos elementos venían realizados en piedra, de uno o varios bloques sin labrar. Aparecían enclavadas en el terreno y, en general, estaban vinculadas al uso funerario. En ocasiones, se disponían en círculos o alineados y se grababan. 

Entre los megalitos más conocidos están los dólmenes, los menhires y los cromlechs.


El primer edificio

El hombre en su origen aparece dominado por sus instintos básicos, sin pensamiento, sin inteligencia. El despertar de ésta lo lleva a reflexionar, su supervivencia no está garantizada si él no está dispuesto a evolucionar.

La evolución del mismo condiciona la evolución de su entorno, debe enfrentarse a los caprichos de la naturaleza y comenzar a servirse de ella, pero no puede hacerlo solo.

El hombre comienza a agruparse, pues necesita de otros para sobrevivir. Estos se asientan en un territorio, el cual pueden explotar para obtener sus recursos, pero necesitan de un cobijo donde refugiarse.

Tras dominar la piedra, el hombre comienza a interesarse por otros materiales, como la madera. Aparece la cabaña, como primera construcción, el hombre la construye a partir de unas ramas y unas hojas de un árbol.

Existen diferentes teorías sobre el "diseño" de ésta. Algunos la imaginan de forma circular y, otros, como Marc-Antoine Laugier, la describen como un modelo de edificio que responde a los órdenes de la cultura clásica.

Marc-Antoine Laurier fue un destacado hombre de letras y teórico de la arquitectura, que nace en el periodo de la Ilustración, en París (1713-1769).

En 1752 escribió la primera edición de Ensayo de la Arquitectura donde describió esta primera cabaña: "El hombre quiere construirse un alojamiento que lo proteja sin enterrarlo  Unas ramas caídas en el bosque son los materiales apropiados para su propósito. Escoge cuatro de las más fuertes, las levanta perpendicularmente y las dispone formando un cuadrado. Encima pone otras cuatro atravesadas y sobre éstas levanta, partiendo de dos lados, un grupo de ramas que, inclinadas contra sí mismas, se encuentran en el punto alto. Cubre esta especie de tejado con hojas, lo bastante juntas para que ni el sol ni la lluvia puedan traspasarlo, y ya está el hombre alojado. Ciertamente  el frío y el calor le harán sentirse incómodo en su casa abierta por todas partes; pero entonces rellenará el hueco entre los pilares y se sentirá resguardado".


A su vez, afirmará que esta cabaña irá evolucionando y perfeccionándose, a partir de la imitación de los modelos de otros hombres, aparece la idea de la arquitectura entendida como arte de la imitación.

Para Laugier, ésta es la verdadera arquitectura, pues nace de la naturaleza. Esta arquitectura encuentra su ejemplificación en la arquitectura griega, la cual obedece a la simplicidad y utilidad de sus formas.

Vitruvio, ingeniero y tratadista del siglo I.a.C, en su libro Los Diez Libros de la Arquitectura, afirmaba el concepto anterior: " en una estructura debe exhibir tres cualidades: belleza (venustas), firmeza (firmitas) y utilidad (utilitas), sin sobresalir ninguna sobre las otras, sino existiendo un equilibrio".

Laugier se apoya en este argumento y como naturalista defiende que la arquitectura depende de la naturaleza, así como ésta depende de la arquitectura.

El nacimiento de los órdenes arquitectónicos, para Laugier, responde al perfeccionamiento de la construcción, donde se le da el sentido de proporción a los elementos, esto se refleja por primera vez en las culturas romanas y griegas. Estos órdenes arquitectónicos son defendidos por Laurier siempre que estén basados en una concepción racional y respeten a la naturaleza. 

A su vez, separa la “estructura” y la “decoración” dentro de un edificio, pues la verdadera arquitectura es solo la esencial. En este sentido afirma: “las partes de un orden arquitectónico son las partes mismas del edificio, deben emplearse de modo que no solo lo decoren, sino que lo constituyan”. "Los auténticos principios arquitectónicos son aquellos que todo el mundo puede distinguir y comprender".

De este modo, la cabaña no debe entenderse como prototipo o modelo de la arquitectura libre de elementos decorativos que responde a leyes geométricas. La cabaña es un edificio que se debe copiar y reinterpretar como “tipo” estructural y constructivo.

"La evolución de la arquitectura viene condicionada por la evolución del ser humano". Laugier realiza una evaluación metódica de la arquitectura medieval según el principio de claridad: rechaza el románico y ensalza su evolución: el gótico, pues responde a características de luminosidad y esbeltez. También, comparte el pensamiento ilustrado; lo objetivo como ciencia y lo subjetivo como arte: “la arquitectura debe tener formas gráciles y saber emocionar”.

Por último, en su teoría, realizará una crítica a aquellos “añadidos” en los edificios por capricho, elementos fuera de la racionalidad que obedecen a meras ideas imaginarias. Defenderá los órdenes arquitectónicos como modelos para la construcción de los edificios en su versión clásica.



Comentario sobre la teoría de M.A.Laugier

Hoy en día, sería posible afirmar una parte de la teoría de Laugier; es cierto que la arquitectura obedece a los principios de la naturaleza, sin embargo, parece imposible afirmar que ésta debe obedecer solo a la razón. 

La arquitectura como disciplina artística debe encontrar en sus ideas la forma de proyectar y diseñar desde edificios hasta conformar espacios, siguiendo siempre métodos y técnicas basadas en la racionalidad, debe buscar satisfacer y adaptarse a las necesidades humanas.

En cualquier caso, parece que la teoría de Laugier se contradice al defender una arquitectura racional basada en la naturaleza y apostar por una arquitectura basada en tres órdenes arquitectónicos.

El diseño de los edificios no responde a unos cánones estéticos, sino más bien a una serie de cuestiones prácticas basadas en la elección de unos materiales y su puesta en escena, además del uso que le dan las personas a los propios edificios.

La evolución de la arquitectura se ha planteado siempre como un cambio inevitable, por ello, debe pensarse siempre desde su doble vertiente: la racional y la artística. 


La combinación de ambas vertientes es lo que debe aparecer reflejado en cada obra, en cada edificio. Por un lado, la parte artística debe emocionar y sensibilizar a las personas hacia lo que representa la construcción del elemento. Y, por otro lado,la parte racional debe pensarse y evolucionar en base al uso y costumbres de la sociedad en cada momento.




Comentario: Marina Domínguez Velasco

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