En este cuento, Pierre Menard, el otro autor del Quijote, no quiere re
versionar el Quijote, tampoco pretende escribirlo tal y como lo haría
Cervantes. El reto de Menard es mucho más sugerente.
El cuento empieza con una protesta a causa de la omisión del
nombre del poeta simbolista, Pierre Menard, en un catálogo. Y para testimoniar
eso, menciona la opinión de baronesa de Bacourt y de la condesa de Bagnoregio.
Pierre Menard es un escritor, cuyo mayor logro fue escribir,
en el siglo XX, los capítulos noveno y trigésimo octavo de la primera parte del
Quijote, y un fragmento del capítulo veintidós. Los capítulos son iguales, en
cada palabra y cada coma, a los escritos originalmente por Cervantes. Sin
embargo no son una copia. Pierre Menard inicialmente quería ser Miguel de
Cervantes: saber el español, recuperar la fe católica, guerrear contra los
moros o contra el turco, olvidar la historia de Europa entre los años de 1602 y
de 1918. Pero lo descartó. Le dejó una carta al crítico, relatando todo lo que
pasó para escribir su obra, y por qué la escribió. Incluso, el crítico
considera muy superior la versión de Menard a la del autor español, «a pesar de
los obstáculos, el fragmentario Quijote de Menard es más sutil e infinitamente
más rico que el de Cervantes».
Comentario: María Márquez Nogueras
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